Consumismo en la era digital: la influencia del marketing online
¿Qué es el consumismo?
El consumismo es una tendencia social que promueve la adquisición de servicios o productos de una manera excesiva o acumulativa, incluso innecesaria. Este tipo de tendencia está impulsada por la publicidad y el deseo de estatus dentro de una cultura en la que se promueve la compra de productos o la contratación de ciertos servicios como la única vía de satisfacción personal, generando, a menudo, el efecto contrario, que es la insatisfacción del consumidor, especialmente cuando se está pagando por algo totalmente innecesario.
El papel del marketing digital en la creación de hábitos de consumo
Internet ha jugado en los últimos años un papel crucial en los hábitos de consumo, ya que, a través de contenido, publicidad segmentada, redes sociales y otros canales online, las marcas pueden influir directamente en las decisiones de compra, fomentando el deseo constante de adquirir nuevos productos o contratar servicios.
Sin embargo, y a pesar de que una estrategia de marketing digital puede utilizarse para fomentar un consumismo responsable, basándose únicamente en las necesidades del consumidor para ofrecerle productos o servicios que sean realmente útiles y necesarios, algunas veces son innecesarios aunque se presentan como algo esencial.
Esto significa que una empresa puede utilizar sus estrategias de marketing digital tanto para fomentar un consumo responsable como irresponsable, ya que sus estrategias se basan en algoritmos, análisis de comportamiento y otros datos que permiten identificar patrones de consumo que promuevan la compra. Además, mediante promociones, descuentos u otros anuncios se puede incitar a la compra impulsiva, algo que está directamente relacionado con el consumismo.
Estrategias de marketing que fomentan el consumismo
Existen diferentes tipos de estrategia de marketing que pueden fomentar el consumismo, estas son las más comunes o utilizadas:
- Ofertas, descuentos y promociones temporales: cuando durante un tiempo limitado se puede conseguir un producto o servicio más barato, se crea una sensación de urgencia por adquirirlo. Además, no se deja prácticamente tiempo para la reflexión y el análisis, por lo que el cliente no puede valorar si es o no algo realmente necesario.
- FOMO (Fear of Missing Out): consiste en generarle cierta ansiedad y prisa al consumidor por adquirir un producto o servicio exclusivo, haciendo ver que es una oportunidad única y muy limitada.
- Publicidad emocional: agrupa todos aquellos anuncios en los que se intenta vender que la adquisición de cierto producto o servicio da felicidad, éxito o estatus.
- Marketing de influencers: cuando una persona con un número determinado de seguidores y con cierta influencia en ellos presenta un producto o servicio como un imprescindible de su día a día, este se vuelve más deseable.
- Personalización y retargeting: consiste en utilizar datos del comportamiento del usuario para mostrarle anuncios personalizados de forma repetida para generarle el deseo de compra.
No existe una estrategia mejor que otra, pero la forma de aplicarla marca la diferencia entre fomentar un consumo responsable o irresponsable.
El impacto del consumismo en la psicología del consumidor
Aunque generar ventas puede verse como algo muy positivo para cualquier empresa, esta puede verse afectada de forma negativa si llega a tener un impacto en la psicología del consumidor. Se ha detectado que el consumismo irresponsable puede generar insatisfacción y ansiedad, especialmente cuando el consumidor siente que nunca tiene suficiente o lo mejor. También se ha detectado que fomenta un estilo de vida comparativo, especialmente dentro de las redes sociales, lo que puede generar frustración y baja autoestima cuando no se pueden conseguir todos esos bienes materiales que se muestran como ideales y necesarios para llevar una vida plena y feliz.
Otro impacto que tiene el consumismo en la psicología del consumidor es que fomenta las compras no planificadas, lo que puede provocar arrepentimiento, algo que, además, puede afectar de forma negativa a la marca. A todo lo mencionado hay que sumarle que el consumismo genera dependencia material, ya que la satisfacción de una compra es temporal. Cuando esta se desvanezca, el consumidor buscará nuevas adquisiciones para poder tener de nuevo esa sensación de placer.
El lado oscuro del consumismo desenfrenado
Además del impacto psicológico, el consumismo desenfrenado tiene también un impacto ambiental debido a la sobreexplotación de recursos, a la contaminación y a la generación de residuos.
Otra consecuencia negativa del consumismo es que crea una fuerte demanda donde quizá antes no la había, incentivando la producción de bajo coste y baja calidad. Esto provoca que haya una producción continua, con la correspondiente generación de basura, sobreexplotación de recursos y contaminación antes mencionadas.
También cabe destacar que, el consumo masivo de ciertos productos, como alimenticios o cosméticos, pueden tener un impacto negativo en la salud, causando o aumentando el riesgo de padecer ciertas enfermedades.
Consumismo responsable: cómo las marcas pueden fomentar el consumo consciente
Las marcas también pueden fomentar un consumo responsable llevando a cabo estrategias conscientes, sostenibles y éticas. Se puede empezar adoptando una producción sostenible en la que se utilicen materiales reciclados, energías limpias y renovables y un packaging biodegradable o reciclable. También se puede promover la durabilidad del producto, algo que se consigue utilizando materiales de calidad.
También se puede promover el consumo responsable a través de campañas educativas en las que se intente concienciar a los consumidores del impacto que tiene cada decisión de compra o a través de modelos de negocio circulares, donde se fomente el alquiler o reparación de productos o su devolución a cambio de un descuento.
En definitiva, cualquier acción que minimice las compras compulsivas e innecesarias y que incite a comprar de forma responsable estará fomentando el consumo consciente.
Ejemplos de campañas de marketing que promueven el consumo responsable
Existen varias empresas que promueven el consumo responsable, aquí os dejamos algunos ejemplos.
Una de ellas es Ikea, que decidió empezar a comprar los muebles usados de todos sus clientes. Esos muebles, después, vuelven a la venta a un precio más asequible, dándole así una segunda vida y reduciendo residuos e impacto ambiental.
La cadena de supermercados Tesco lanzó en Malasia una campaña de marketing sostenible que fue todo un éxito. Con el fin de fomentar la reutilización de bolsas, puso a la venta bolsas reciclables con las que el cliente podía conseguir un descuento en su ticket de compra cada vez que las llevara consigo.
Y, finalmente, otro ejemplo es la tienda online de moda Zalando, que inició una campaña muy parecida a la de Ikea, ya que compra ropa de segunda mano, con o sin etiqueta, y la pone a la venta a un precio más asequible. Una forma de reducir residuos y el impacto ambiental que tiene producir más prendas.